Las escuelas fueron afectadas durante la pandemia, miles de escuelas públicas y privadas vieron cómo las aulas dejaron de recibir alumnos. La asistencia dejó de ser de forma presencial y hubo una baja considerable en las inscripciones; esto provocó afectaciones al rendimiento financiero de las instituciones, así como al nivel educativo de los estudiantes.
Hay una estrategia que parece funcionar en las aulas pospandemia; cuanto menor sea el número de estudiantes por aula, mayor es el espacio de aprendizaje que tendrá cada alumno. Descubre más del tema; continúa leyendo.
La cantidad de alumnos en las escuelas mexicanas a través del tiempo

Durante el siglo XIX prevaleció el sistema lancasteriano, se dice que este sistema estaba diseñado para ser atendido por un profesor que daba clases hasta a 300 alumnos, quienes se agrupaban en largos escritorios donde se sentaban 10 a 15 estudiantes. ¿Parece impensable, no?
En el siglo XX, ya con un mayor esfuerzo por educar a los niños de forma gratuita, las aulas contaban con grupos aproximados de 50-60 alumnos, así permaneció durante todo el siglo, desde la revolución hasta la llegada del nuevo milenio.
Desde finales del siglo XX, con el auge de las escuelas privadas, así como mayores recursos a las escuelas públicas, las instalaciones crecieron y lograron reducir el número de estudiantes por aulas a una cantidad aproximada de 30-40 estudiantes.
¿Importa el número de alumnos en las aulas escolares?
Como ya se mencionaba, la idea de reducir las aulas, tiene como finalidad poder darle mayor énfasis al aprendizaje de cada alumno gracias a que el profesor podrá generar mayor atención individual y, por lo tanto, mejorará la enseñanza del estudiante. ¿Qué tan reducidas podrían estar las aulas ahora? La propuesta de alumnos por aula podría encontrarse en un rango aproximado de 20 alumnos; es un número apropiado para el trabajo del profesor en turno.
¿Qué beneficios tiene reducir el número de estudiantes en las aulas escolares?

Mejora la interacción
La socialización de los estudiantes aumenta; al encontrarse en un espacio con menos individuos, estos pueden conocerse mejor e interactuar en las actividades grupales, así como a la comunicación los profesores, quienes pueden atender de forma más eficiente todas las dudas.
Más aprendizaje
El profesor tiene la opción de atender mejor las necesidades individuales de cada alumno, con menos estudiantes el profesor puede explicar con más detenimiento las dudas, también puede generar trabajos que beneficien al aprendizaje colaborativo basándose en las habilidades detectadas de cada estudiante.
Reducción de deserción
Al recibir mayor atención y calidez en el trato del profesor, así también de los demás integrantes del aula, el estudiante se sentirá más cómodo y se verá reflejado en el desempeño escolar, así como de las habilidades interpersonales.
Participación docente
Con aulas más reducidas, el profesor podrá ser seleccionado para darle mayor intensidad al aprendizaje de uno o dos grupos escolares, esto beneficia también al estudiante, quien recibe menor rotación de profesores y genera lazos comunicativos con el docente.
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¿La reducción funciona igual para cualquier grado escolar?

Todas las escuelas son diferentes, algunas más grandes que otras, algunas con menor cantidad de estudiantes, etc. Las aulas reducidas son recomendadas con preferencia en grados menores, como el preescolar o la educación primaria; la etapa infantil es la que más necesita aprender con calma, con paciencia y en ámbitos que le ayuden a potenciar su desarrollo.
Para los grados secundaria, bachillerato o grados superiores, la reducción no debería de ser un impedimento, aunque bien, es claro, todo depende de la capacidad de planificación y respuesta de cada institución educativa para adaptar un sistema más reducido.
Los alumnos son el punto más importante
Ya sea que prefieras aulas reducidas o aulas llenas, lo principal es saber si los estudiantes se sienten en plenitud en la escuela, así como en las aulas que usan de forma diaria; son ellos quienes necesitan la mejor enseñanza. Para saber si tu escuela puede reducir el número de estudiantes en el aula, cuestiona la capacidad de las instalaciones, así como la opinión de satisfacción del alumno.
Y tú, ¿te animarías a reducir el número de alumnos por aula?